martes, 3 de abril de 2018

Promesa, selección I


Silencio

Que grita la noche despejada de canciones
y de amores

Silencio
en el parque
en el centro de un corazón ausente

Quiero ese silencio,
nada más...
para apretarlo y extraerle hasta sus más intimas caricias

¡¿Que silencio…?!
grita mi propio silencio.


Vengo...

Vengo desde las misma entrañas
de la tierra,
tengo un taller por dentro tallado con la más perfecta armonía;
perfecto universo.

Vengo
con una gran capacidad de amar,
sin limites
sin recompensa,
sin prejuicios,
sin preguntas.

Amor del grande
amor sublime
amor subversivo

Vengo con los brazos al viento
recibiendo de cada oleada y,
a través de cada poro de mi piel,
un amor grande
sublime,
para revolucionar mi ser.

Así somos las mujeres;
hermanas,
radiantes,
Senderos insospechados, impredecibles.

Mujeres andariegas
navegantes de nuestros propios sueños,
con el pelo suelto y;
revuelto.

Con el cuerpo, su cuerpo libre
Con el alma, su alma
Con el corazón…
Dispuesto

Un sueño...

Es posible encontrarte
En el aire que respiro

Es posible decubrir-te
En la palabra del mendigo
en la voz del viento
en la palabra no dicha

Es posible recorrerte
En el clamor de un nuevo día

Es posible sentir-te,
En la lluvia que moja mi cabello,
Mi cabello de mujer.


 
Una tarde...

La tarde desprende un sabor a chocolate
un aire tibio se incorpora entre los pasos
del viento,
meciendo mis recuerdos.

La memoria de mi piel
entre la tarde y el chocolate,
ahora fruta, ahora besos.

Mi piel despierta en perfecta armonía
utopía de sabores
y lentamente y sin pensarlo
se va creando un universo en la cima de mis senos.

El río de mi risa
entre el murmullo de la tarde y el chocolate,
nuevamente entre mis labios su clamor
y el de la tarde,
ahora fruta
ahora piel.

Son deseos explorados
en el viento,
en la tierra.
Son labios entreabiertos hacia el cielo.
Y la tierra
aquí, despierta.

El río de mis venas
tejiendo entre olvidos
para permitir-me-ser
y revive mi universo
ese universo de mujer.


(De Los mismos paisajes, selección II) 
    
Te siento… 
¿O te pienso?.. 
Te siento y pienso
 y cientos de fueguitos en mi estómago... 
revolotean. 

llega el susurro de tu voz 
y los cientos de fueguitos de mi estómago
 pasan a nidar en mi corazón 
Entonces, te siento 

Y me permito soltar mis alas, 
cientos de alas 
hacia el cielo infinito 
en pleno vuelo de libertad 

Mis alas 
y los cientos de fueguitos 
revoloteando 
en el cielo de tus ojos

Un día como hoy...

Es posible gritar en silencio,
y que en todas las puertas se sienta el golpeteo de mi voz,

y que toda la naturaleza junta dance y sea elogio de un nuevo amanecer

Así no más...
En un día como hoy cuando las madrugadas son plenas de sonrisas bajo las sabanas tibias de las almas que se aman


Cuando la tarde se despide
en los brazos de los mismos amantes;

Corre la noticia a través de mi voz,
que es viento
que es silencio
que es susurro,
Un día como hoy...
 


"Nosotros estamos hechos para el arte,
estamos hechos para la memoria,
estamos hechos para la poesía
o posiblemente estamos hechos para el olvido.
pero algo queda
y ese algo es la historia o la poesía,
que no son esencialmente distintas.
(Jorge Luis Borges)