Rompo este huevo y nace la mujer,
y nace el hombre, y juntos vivirán y morirán,
pero nacerán nuevamente,
nacerán y volverán a morir
y otra vez nacerán.
y nunca dejarán de nacer,
porque la muerte es mentira.
y nace el hombre, y juntos vivirán y morirán,
pero nacerán nuevamente,
nacerán y volverán a morir
y otra vez nacerán.
y nunca dejarán de nacer,
porque la muerte es mentira.
Galeano
No sé si llueve o lloro o simplemente
las nubes me desgarran a pedacitos.
El fuego está encendido, ella junto a
él, una luz intensa se refleja en su rostro de años, mas allá de
las montañas, de la sabiduría del abuelo, de los cantos del maíz;
pero no es él es su efímero recuerdo saliendo de las llamas;
entonces canta y llora.
Llora, canta y ahora.... habla y canta
Nos negaron nuestro cuerpo, nuestra
intimidad, el placer, el deseo de los cuerpos ardiendo. ¡Oiganla...!
como grita, como llora, como canta desde aquí, desde allí, desde
siempre. Miren... allá va, con su espalda encorvada, sus senos
escondidos. Ella es, usted, venga, es mujer linda de la tierra, ella
grita como la Pacha mama grita cuando la penetran.
Pero no es de ahora, es de siempre,
nuestro caminar, nuestros sueños pisoteados, nuestra dignidad mujer.
Fueron ellos, mirenlos, ellos, hombres de barbas y vestidos, de
escopetas y trozos de vidrios y rencores y rezos y cadenas, y cruces
y dioses falsos; ellos... mirenlos, no se escondan, allí tras la
embarcación olvidada, ellos no sólo nos rasgaron la paruma, nos
rasgaron los sueños, el vientre ...nos partieron
por mitad.
(la tierra es su refugio)
Ahora nos negamos a la vida, al placer
de los cuerpos, al deseo que sólo nos pertenece, al amor propio
porque hay muchas tareas que cumplir, porque ya no queremos mas
esclavos para las minas, más soldados para el sistema, más hijos
enfilando hacia un cementerio perdido.
Ella, ella, nosotras,
aquí, la de cuerpo redondo y piel tostada, la que la tierra parió
hace tantos años y sigue pariendo..., resistiendo, creando,
denunciando... otros quinientos diez años.
Lloro de alegría de ser ella, la
misma, la que nació mujer entre las entrañas de la pacha mama, allí
detrás de las montañas del maíz.
Porque tú eres mujer negra, blanca,
mestiza, con rostros colorados, con labios gruesos, con alma sincera,
con sueños en grande, tú la del cabello lacio, la cholita, la de
gruesas piernas y labios carnosos; la de rostro fino, la que duerme,
la que lee, la que maquina mil pensamientos, tú, la mujer, mujer que
recorre los caminos del día a día, del que dirán, la que abraza a
su marido con la misma pasión y el mismo fuego que sale de su
mirada, con la pasión de un beso, la que sigue resistiendo, la que
vende por la calle mientras canta, mientras llueve. la mujer semilla,
la mujer sin senos, la de vulva rosada, vientre pronunciado, piernas
delgadas; eres tú, mujer que ama la tierra así ya no estés con
ella, con la madre, con marido, con hijos. Eres tú y eso es lo que
importa. ¡Eres tú a pesar del mundo!
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